Capítulo
1: Buenos días Bogotá.
Luke
se despertó temprano de la forma que menos le gustaba, con el sonido
de Emmy. Ya estaban todas en pie y vestidas para el gran día.
Abandonarían la fría Siberia para viajar por primera vez en sus
vidas a América. Bogotá, capital de Colombia, estaba llena de
secretos sobre llaves que les ayudarían a avanzar en sus
investigaciones. Tao abrió la puerta de su habitación para hacer la
maleta, cogió las llaves del hotel, su pasaporte etc. Y se dirigió
a la puerta de salida, donde se encontraría con los demás. Junto a
él estaba Candela, que vestía una camiseta azul de manga corta bajo
una fina chaqueta que poco le protegía del frío. Acompañados por
un pantalón corto y unas sandalias. Emmy, Alice y Raquel bajaron a
recepción dejando a Luke y Flora solos en la habitación.
Emmy
también vestía un conjunto veraniego al contrario de Alice y Raquel
que habían optado por protegerse del frío de Siberia.
Tao
metió prisa al grupo para salir del lugar.
Cerraron
la puerta del hotel durante una temporada y se dirigieron a la plaza
principal, donde habían quedado con Mar. Ella se había puesto unos
guantes de lana, aún no se había acostumbrado a no tener que
usarlos, botas de montaña... Lo necesario para pasar varios días en
el monte.
En
el aeropuerto todos les miraban de arriba abajo, riendo al ver aquel
grupo de montañeros y veraneantes que se dirigían perdidos, a la
terminal 7.
Tras
varios minutos de búsqueda encontraron el avión, entraron en él y
despegaron hacia Colombia. En el avión, Luke, reflexionaba acerca de
la carta del profesor. Emmy seguía mirando la guía de viajes con la
atenta mirada de Flora sobre su hombro. Alice, Raquel y Candela
pedían algo de beber a la azafata mientras que Tao buscaba el baño
sin levantarse del asiento.
Pasaron
las horas y cada vez se aproximaban más al nuevo continente.
Luke
asomó la cabeza por la ventana, estaban sobrevolando la selva
amazónica. De repente observó al fondo un centenar de pequeñas
luces deslumbraban e la noche. Las siguió con la mirada muy atento.
Que serían, ¿Grandes focos que se mueven?, ¿Luciérnagas gigantes?
A
la mañana siguiente llegaron a Bogotá. Las casas eran muy bajas, de
uno o dos pisos solamente. Pocas estaban pintadas y la mayoría se
mantenía en pie ayudadas por pilares de metal que habían colocado
los vecinos a su alrededor. Los chicos se separaron en una plaza con
altas palmeras para ir a hacer algo de turismo.
...
Luke
y Flora caminaban de la mano por una de las calles más transitadas
de Bogotá. A los lados la gente montaba sus puestos para el mercado
y ya algunos vendían sus productos gritando a los cuatro vientos las
ofertas que exponían. Flora señaló un puesto de flores muy bien
adornado y miró a Luke insinuando que le hiciese un regalo. Luke se
acercó al puesto y eligió la flor. Cuando estaba a punto de pagarla
escuchó detrás de él una voz desconocida que decía por teléfono:
Hoy
por la tarde, a las siete exactamente,
iré
al poblado destello. Tú espérame allí, estoy seguro de que esta
vez tendremos la noticia. Ya me lo imagino: Dos expertos periodistas
descubren el secreto de un poblado indígena en la cuenca del
Amazonas. No faltes, si nos descubren podrían huir.
Luke
se quedó paralizado frente al vendedor de flores, estaban hablando
del poblado que había visto el día anterior. Tenía que seguir a
ese hombre y descubrir que eran. No solo por el misterio de aquel
pueblo, sino también porque su nombre le recordaba al profesor. No
sabía porque, pero le recordaba a él.
No
lo dudó, le siguió por los callejones de la ciudad persiguiendo a
ese misterioso personaje. De repente al salir del mercado se dio la
vuelta y Luke pudo verle la cara. Tenía una larga barba y gafas de
sol ovaladas. Un pelo corto moreno, una altura considerable y peso
normal. Se metió en una furgoneta, la arrancó y se fue con ella
cogiendo un desvió aparentemente poco transitado. El humo de la
furgoneta cubrió de hollín al pobre Luke que se tuvo que apartarse
del lugar rápidamente. Le había perdido la pista y solo sabía cómo
era su rostro y por donde se había ido... Por desgracia, también se
había olvidado de Flora, que vagaba sin rumbo por la calles de
Bogotá.
...
Mar
entró en un bar para descansar e intentar olvidarse del ruido que
había en el mercado. Un camarero joven, de su edad, le sirvió un
vaso de agua diciendo:
-Te
veo cansada. ¿Has estado de compras por la ciudad?
-Si,
es agotador... Y para colmo hace un calor sofocante.
-Pues
yo tengo frío-Dijo el chico riendo-.
-¿Frío?
Estamos a veinte grados y vengo de Siberia. Allí esto es el fin del
mundo.-Respondió Mar indignada pero sonriente de todas formas,
sentía algo en el chico-.
-Pues
si quieres me puedes contar más sobre Siberia luego, me llamo Azur.
-Yo
soy Mar, encantada de conocerte.
Y
así se despidieron, contentos por haberse conocido y deseosos por
volver a verse.
...
Tao
empezó a regatear por unas simples chanclas ante la atenta mirada de
su hermana. Candela le aseguró que no conseguiría bajarle el precio
a las chanclas que le ofrecía el comerciante por cuatro dólares.
Finalmente se rindió y las compró a su precio original, escuchando
en el fondo las risas de su hermana. Tras ello se dirigieron a la
plaza para encontrarse allí con los demás.
Al
llegar vieron a todos sentados alrededor de una fuente, bebiendo de
ella. Mar les contaba a Emmy y a Raquel como era Azur y Alice
caminaba hacia ellos con cara de preocupación.
-¿Ocurre
algo Alice?-Preguntó Tao-
-Luke...
Ha desaparecido. No nos coge el teléfono y Flora dice que le perdió
entre la multitud.
En
aquel mercado era imposible encontrar a alguien. Había más de mil
personas en tan poco espacio. Solo quedaba esperar.
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